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Barrio mas amable

UN BARRIO MÁS AMABLE PARA LOS AUTOBUSES

EN EL PROYECTO DEL BARRIO DEL CARMEN NO HAY PEATONALIZACIONES. LAS CALLES QUE TIENEN TRÁFICO LO SEGUIRÁN TENIENDO Y LO QUE AHORA ES CARRETERA SEGUIRÁ SIENDO CARRETERA.

El Ayuntamiento de Murcia va a cortar el paso de coches por el Puente Viejo y a reducir cientos de plazas de aparcamiento en el barrio del Carmen. Esta es una de las medidas que se han previsto dentro del plan de movilidad municipal, que prevé la construcción de más de 40 kilómetros de carriles exclusivos para el transporte público.

Este proyecto, que va a tener un coste en torno a los 20 millones de euros, debería ser una buena noticia para la ciudad. Sin embargo, la forma en que se está llevando a cabo y los deficientes criterios de diseño y distribución del espacio público que se han empleado van a provocar importantes disfunciones en los barrios que atraviesa.

El proyecto está mal enfocado por tres motivos: la falta de comunicación y participación vecinal, la falta de alternativas que amortigüen el impacto de las restricciones a los vecinos y la ausencia de una reflexión a escala de barrio.

Resulta llamativo que el gobierno municipal haya sido capaz de promover este proyecto, que va a suponer una transformación radical del barrio del Carmen, sin contar con sus habitantes, sin facilitar información y sin abrir un debate sobre el barrio y su futuro.

Los proyectos de transformación de la ciudad ya habitada deben plantearse desde el respeto al ciudadano, haciendo partícipes a los vecinos, escuchando sus aspiraciones y necesidades, utilizando mucha pedagogía para explicar actuaciones que a veces pueden no entenderse y tratando de alcanzar pequeños consensos que impulsen la viabilidad del proyecto y generen aceptación. No ha sido así en este proyecto.

El segundo error es haber empezado la casa por el tejado, imponiendo esta transformación sin haber promovido antes las infraestructuras necesarias para dar una alternativa de aparcamiento y accesibilidad a los vecinos.

El tercero, y diría que el más grave, está relacionado con los objetivos del proyecto en relación con el barrio del Carmen. El proyecto tiene un objetivo principal de gran escala, que es claramente positivo, pues supondrá crear la infraestructura para poder implantar un sistema de transporte de mayor calidad en el municipio, como el BTR o Tranvibus y que en el futuro pueda llegar el Tranvía.

Sin embargo, este objetivo principal debería haberse acompañado de otros planteamientos, para que esta gran infraestructura ayude a mejorar la calidad de vida del barrio del Carmen y no se convierta en una limitación a su crecimiento.

El esfuerzo que pide el Ayuntamiento a los vecinos, cerrando el Puente Viejo y eliminando cientos de plazas de aparcamiento, no se verá compensado por una reestructuración urbana que priorice al peatón o que sea capaz de impulsar nuevas dinámicas de desarrollo del comercio o de la hostelería.

Porque en el barrio del Carmen no va a haber ninguna peatonalización. Las calles que tienen tráfico lo seguirán teniendo. Y lo que ahora es carretera seguirá siendo carretera, aunque reservada al transporte público. Podríamos decir que el barrio del Carmen será un espacio más amable… para los autobuses.

Y esto no lo digo yo, sino el proyecto que ha redactado, licitado y publicado el gobierno municipal. El único cambio significativo lo encontraremos en la Alameda de Colón, que va a tener una configuración similar a la Gran Vía de Murcia, con aceras anchas y tráfico rodado por el centro, en este caso reservado a transporte público.

Aparte de esta calle, no hay ninguna transformación de calado en el barrio. De las 16 calles o tramos restantes en los que se interviene, 11 van a tener las mismas aceras o incluso se van a reducir. De las otras cinco, dos de ellas son falsas ampliaciones, pues en la calle Canalejas y plaza Camachos la acera estará compartida con el vehículo privado y en la calle Industria la ampliación se hace a costa de quitar el parterre central talando los 25 árboles que hay en la actualidad.

En las 3 calles restantes, Floridablanca, Princesa y Hernández del Águila, las ampliaciones de aceras son tan escasas que no tienen capacidad de transformar el espacio y seguirán siendo calles en las que el tráfico será protagonista.

El desarrollo del proyecto en estas condiciones supone dejar escapar una gran oportunidad para que los barrios del sur, y concretamente el barrio del Carmen, ganen centralidad en la ciudad.

El cierre del Puente Viejo al tráfico privado sería una ocasión única para realizar una peatonalización más decidida hasta la iglesia del Carmen, lo que lo convertiría en una de las zonas con mayor calidad de Murcia, capaz de dar continuidad al centro de la ciudad hacia el sur.

Sería un espacio capaz de impulsar el comercio y la hostelería del barrio, ofreciendo una alternativa a la Gran Vía y la plaza de las Flores o San Juan, pero con una ventaja: estaría alrededor del jardín más bonito de Murcia y de una de las iglesias con mayor personalidad del municipio.

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